Resumen
Para analizar el único debate entre Rajoy y Rubalcaba para las elecciones generales de 2011 usamos la Teoría del Análisis Funcional. Esta teoría plantea varias hipótesis relativas al uso de tres tipos de argumentaciones: actos pasados (past deeds), los planes futuros (future plan) o los objetivos generales (general goals) y a la proporcionalidad de los argumentos en estos tipos se suman los temas propios de la campaña política que obedecen a la coyuntura política. El debate entre Rajoy y Rubalcaba tuvo como condicionante fundamental la delicada situación de la economía española, razón por la cual los resultados de las cifras del debate no son tal y como se esperaban de acuerdo a las hipótesis que maneja la teoría del análisis funcional y hemos descubierto, al menos para este caso que cuando el candidato del partido de gobierno no es quien lo preside el comportamiento de las hipótesis no es igual a cuando el candidato del gobierno es el mismo presidente con una proporcionalidad de los argumentos en los que el manejo de las propuestas, al contrario de lo esperado por la Teoría Funcional, fue menor que los ataques y, las defensas a su vez las que menor cuantía contabilizaron.
Palabras clave: Teoría del análisis funcional, elecciones generales españolas 2011, debate Rajoy- Rubalcaba.
Abstract
To analyze the only debate between Rajoy and Rubalcaba for the general election of 2011 we use the theory of functional analysis. This theory raises several hypotheses regarding the use of three types of arguments: past acts or deeds, future plans or the overall or general goals and the proportionality of the arguments in these types are added their own themes of the political campaign that obey the political situation. The debate between Rajoy and Rubalcaba had a critical condition the delicate situation of the Spanish economy, which is why the results of the debate the numbers are not as expected according to the hypothesis that handles the theory of functional analysis and have discovered, at least for this case, when the governing party candidate is not who chairs the behavior of the hypothesis is not the same as when the government’s candidate is the same president with a proportionality of the arguments in the management of proposals, contrary to all expectations of the Functional Theory, was lower than the attacks and defenses which in turn accounted minor.
Keywords: Theory of functional analysis, 2011 Spanish general elections, Rajoy–‐Rubalcaba’s debate.
0. Introducción
La comunicación política a partir de las elecciones norteamericanas de 1960 con el célebre debate de Nixon y Kennedy, aprovechan el formato del debate como palestra pública para que el ciudadano adopte posiciones y pueda reafirmar su decisión de voto o, pueda inclinarse por alguno de los candidatos que apuntan a ganador en caso de no tener claro hacia dónde va su elección.
Son los debates una pieza clave en las campañas electorales. La prensa tiene la oportunidad de hacer despliegues hipotéticos sobre lo que podrían ser las líneas discursivas de los candidatos en esa noche en que acaparen el interés de los telespectadores y, la propia noche del debate el espectáculo de imaginar a un país en manos de cualquiera de los contrincantes por el sillón presidencial es parte del juego democrático.
A la vez los debates dan oportunidad de observar el desarrollo, en palabras de los candidatos, del plan de gobierno. Es una explicación de lo que los lemas de campaña encierran, son los debates el crisol donde se exponen las ideas más complejas y se pueden vislumbrar las réplicas de la oposición. Permiten intuir cómo sería la relación con la prensa, con la presión de la propia campaña y los temas más complejos, así como observar cuán desenvuelto puede resultar el candidato en comunicar sus ideas.
En España, en que las campañas electorales son de dos semanas, el punto más alto de expectación lo constituyen los debates. Sin norma específica para ellos, los debates se han producido en tan pocas ocasiones que su historia se resume a los dos encuentros de 1993 entre Felipe González (PSOE) con José María Aznar (PP) y al encuentro entre José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y Mariano Rajoy (PP) en marzo de 2008.
El debate que analizamos en estas páginas fue el que se suscitó entre los candidatos a la presidencia del gobierno español Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE) y Mariano Rajoy (PP) en noviembre de 2011.
Es por esa razón, por la baja frecuencia y poca tradición de los debates, que en España, son relativamente pocas las referencias de estudios al respecto. Así, destacan los estudios sobre debates en España los realizados por Quintas, 2010; Ridao, 2009; Herrero y Benoit, 2008; Cantavella et al., 2008; Canel, 2006; Marín, 2003; Lledó, 2001; Rallo, 1998; Muñoz Alonso, 1992.
En contraste con lo desarrollado en Estados Unidos donde los debates ocupan una buena parte de los estudios del mensaje político y se pueden citar autores como Benoit et al., 2002; Benoit y Wells, 1996; Dailey, Hinck y Hinck, 2008; Schoeder, 2000; Kraus, 1962, 1979, 2000; Friedenberg, 1994, 1997; Carlin y McKinney, 1994; Hinck, 1993; Hellweg, Pfau y Brydon, 1992; Lanoue y Schrott, 1991; Lamal, 1991; Jamieson y Birsell, 1988; Swerdlow, 1987; Martel, 1983; Bishop, Meadow, y Jackson–‐Beeck, 1980 o Bitzer y Rueter, 1980. Estos estudios, entre otros, nos permiten comprender las formas de reacción de las audiencias y de la opinión pública a partir de los debates.
En Europa estudiar los debates ha generado importante literatura científica. Así por ejemplo, en Alemania Maier y Fass (2003) demostraron que los debates de 2002 consiguieron influir en la imagen de los candidatos Schröder y Stoiber; Reinemann y Maurer (2005) analizaron los mismos debates para las elecciones de 2003 encontraron que las propuestas y planes de gobierno polarizaron a la audiencia. El análisis de contenido hecho por Baker y Norpoth (1981) sobre los debates de la antigua Alemania Occidental en 1972 permitió concluir que esos debates se centraron más en los temas que en los candidatos. En Francia, Polonia y Grecia se han hecho también estudios muy interesantes en materia de debates políticos. Un análisis del contexto, las encuestas de opinión y los temas más destacados en Estados Unidos y Francia fue realizado por Gilbert (1982). Galasinski (1988) estudió la ruptura de las normas en los debates polacos de 1985. Matsaganis y Weingarten (2001) indagaron los temas, el estilo y la estrategia del debate del primer ministro griego en el 2000. Lo que sí es muy interesante y concluyente en este sentido es el aporte de McKinney y Carlin (2004) que proponen lo que casi todos los estudios hacen: profundizar en este tipo de estudios para conocer los efectos de los debates, la naturaleza de los elementos discursivos que ocurren en ellos.
Una de las teorías que analiza el debate electoral es la del análisis funcional de William Benoit. Esta teoría sostiene que los candidatos que debaten manejan funciones aplicadas a los temas que se agendan en el debate y al candidato en tres aspectos fundamentales o funciones. Las manifestaciones afirmativas, propuestas o aclamaciones (acclaims), los ataques o críticas al oponente (attacks) y las defensas o refutaciones a los ataques (defenses). El modelo ha servido para analizar los diferentes debates a las elecciones presidenciales norteamericanas con una bibliografía ya extensa (Cho y Benoit 2005 y 2006; Benoit, Blaney, y Pier, 1998; Benoit y Brazeal, 2002; Benoti y Harthcock, 1999; Benoit, McHale, Hansen, Pier y McGuire, 2003; Benoit, Stein, McHale, Chattopadhyay, Verser, y Price, 2007; Benoit y Wells, 1996; Wells, 1999), y a otros debates en elecciones de primarias. Lo destacable de estos estudios es que las manifestaciones o propuestas suelen ser más comunes que los ataques y a la vez, los ataques son mayores que las defensas. Igualmente, destacable es que el interés fundamental de los debates son los aspectos políticos y las propuestas y no los ataques y defensas del candidato como persona. Los resultados de los estudios son reveladores en este sentido. Conclusiones similares se obtuvieron en Israel (Benoit y Sheafer, 2006), Ucrania (Benoti y Klyukovski, 2006), Taiwán (Benoit, Wen, y Yu, 2007) o Corea del Sur (Lee y Benoit, 2005). En los estudios mencionados se cumple también con lo observado en la actitud de los políticos: quienes optan a la elección usan con más frecuencia los ataques que quienes buscan la reelección. Y, los temas o aspectos políticos son más frecuentes que los relativos a los candidatos.
En España, salvo el trabajo publicado por Herrero y Benoit en 2009, no se conoce de otro estudio que aplique la Teoría del Análisis Funcional. En otros ámbitos sí se conocen estudios relativos a la comunicación política como el realizado sobre el análisis de los informativos de televisión (Abad et al., 2003), otro estudio es relativo al infoentretenimiento televisivo en las legislaturas de 2000 (Berrocal et al. 2004 y 2003), a las elecciones catalanas de 2006 en la prensa (Cebrián, 2008), sobre decisiones del elector sobre la base de estudios económicos (Sáez, 2002 y 2001), sobre las formas de comportamiento de los candidatos frente a los medios de comunicación (Herrero y Rodríguez, 2008), sobre semiótica aplicada a la política y la televisión en los debates (Enríquez, 2005), sobre las formas de hablar (Herrero, 2004), Santiago (2008) trató la imagen del candidato, Valvuena (2008) los debates presidenciales en México ydo de marketing político escrito por Barranco (2003).
Así, el objetivo de esta investigación es cumplimentar el estudio que se inició en el debate presidencial para las elecciones de 2008 y, de esa manera observar cómo la inclusión de dos candidatos que optan por primera vez a la elección, aunque uno sea heredero de las políticas del gobierno por pertenecer al mismo partido, Alfredo Pérez Rubalcaba (sería para los efectos incumbent) y Mariano Rajoy (challenger).
1. Marco teórico
Siguiendo a Benoit (2007) el candidato busca diferenciarse, ser para el elector el preferido para ganar las elecciones. Usa para diferenciarse del otro candidato tres tipos de mensajes para llegar al objetivo del voto: las propuestas o manifestaciones, los ataques y las defensas.
Las propuestas son manifestaciones o explicaciones de carácter positivo que destacan las cualidades, los logros o propuestas del candidato. Los ataques pretenden poner en evidencia las flaquezas del oponente en su carácter de candidato o al partido político que represente. Y, las defensas buscan rehusar los ataques recibidos por parte del otro candidato en un debate.
Evidentemente el uso de algunos tipos de argumentos establece en la relación entre el candidato y el elector una relación si se quiere económica, de costo–‐beneficio, que se revierte en la imagen del candidato porque está sujeta a la percepción que tengan los electores. De esa manera, las propuestas pretenden exaltar al candidato, los ataques a mostrar las debilidades del oponente y las defensas buscan minimizar los daños que algún ataque haya producido en la imagen del candidato.
Los candidatos tratan dos tipos de argumentos. Unos son relativos a la política (policy) y otros son propios de la persona (character). Los de política se refieren a los asuntos que implican e interesan al país, a los temas que son agenda, los que hay que atender con la urgencia y la importancia debidas. Los asuntos que son relativos a la persona están vinculados a las aptitudes o cualificaciones del propio candidato o de su oponente.
Los asuntos políticos se dividen en tres componentes a su vez. Se puede actuar sobre la base de los actos pasados (past deeds), los planes futuros (future plan) o los objetivos generales (general goals). Los actos pasados son las decisiones que el candidato adoptó en su momento de acuerdo a las circunstancias políticas que se le presentaron. Los planes futuros son lo que comúnmente se conocen como promesas, como parte del plan político que se pretende desarrollar. Los objetivos generales, si bien pueden confundirse con los planes a futuro, se diferencian porque no especifican acciones y no tiene la suficiente información sobre las propuestas, así que se hace difícil identificarlos.
Las cuestiones sobre el candidato (character), se pueden dividir también en tres funciones: cualidades personales (personal qualities), capacidad de liderazgo (leadership ability) e ideales (ideals). En las cualidades personales se agrupan elementos como la honestidad, el coraje, el compromiso. La segunda a las capacidades del candidato de dirigir al gobierno, de hacer frente a las adversidades, a la conducción adecuada de los destinos de una nación. Cuando se trata de reelecciones, estas cualidades personales se refieren directamente a su gestión frente al gobierno. En aquellos casos en los que el candidato opta por el gobierno esta característica se vuelca hacia temas como su vida privada o sus antecedentes en la vida pública o en la empresa privada que puedan dar ideas de sus capacidades de liderazgo para dirigir al país. La tercera de las funciones representa los principios y valores del candidato o del partido. Así podría ser expresado de un modo gráfico:
Para este estudio hemos desarrollado seis hipótesis sobre las que se asienta el propio modelo de la teoría del análisis funcional de Benoit. La teoría explica que las propuestas no confrontan problemas en el momento de los debates, mientras que los ataques si los pueden tener. Además, tal y como Merritt (1984) y Stewart (1975) proponen, a los electores no les agradan las afirmaciones que se puedan entender como calumnias, por lo que este tipo de argumentos se pueden devolver hacia los candidatos a manera de bumerán. Los candidatos deben saber encontrar un ataque para rebatirlo lo que se revierte hacia la imagen del candidato como un carácter de responsabilidad de quien se defiende. Como los ataques se suelen lanzar sobre las debilidades del contrincante en un debate, la defensa a ese ataque hace que el candidato se desvíe de sus argumentos originales haciendo que el hilo conductor del mensaje de campaña se desdibuje. Además, las defensas suelen ser más reactivas que proactivas, lo que puede ser percibido desfavorablemente por los ciudadanos que observan el debate. Con todo ese preámbulo, la teoría propone:
Formas de los temas políticos, que son los actos pasados, sus planes futuros y los objetivos generales de su candidatura. Mientras que en las formas de los temas relacionados con el candidato se contemplan las cualidades personales, la capacidad de liderazgo y los ideales.
Este esquema o matriz de análisis nos permite evaluar al debate del día 9 de noviembre de 2011 entre Mariano Rajoy (Partido Popular, PP) y Alfredo Pérez Rubalcaba (Partido Socialista Obrero Español, PSOE), se plantean, como decíamos, seis hipótesis:
H1: Los candidatos utilizan con más frecuencia las propuestas que los ataques; las defensas son usadas en menor medida.
Se cree que las cuestiones relacionadas con la persona (imagen) desempeñan un papel importante. De hecho, en los debates a través de los medios de comunicación se expresan los analistas con frecuencia acerca de los colores de la vestimenta, el tono de la corbata y hasta el corte de pelo. A pesar de ello, la Teoría Funcional mantiene que:
H2: Los candidatos tratan más sobre aspectos de política que sobre cuestiones personales o de imagen.
Los candidatos que provienen del partido de gobierno disponen como recurso fundamental los éxitos alcanzados por la gestión que está a punto de concluir. Mientras que quienes no han ocupado la presidencia solo pueden presentar éxitos en otros ámbitos, lo que se presenta como un desbalance entre un candidato y otro. Esa es la razón por la que quienes aspiran a la reelección –presidan el gobierno directamente o sean los abanderados del partido de gobierno–‐ usen más las propuestas que los ataques y también promulgan los objetivos cumplidos, coyuntura que debe aprovechar el oponente para atacar. Por estas razones, planteamos cuatro hipótesis más:
H3: El candidato del partido que está en el gobierno utiliza más propuestas y menos ataques que quien aspira a ocuparlo.
H4: Quien está en el gobierno usa más los logros pasados para hacer propuestas y menos para atacar que quien pretende ocuparlo por primera vez. Las últimas dos hipótesis son relativas a que a los candidatos les resulta más fácil hacer propuestas que atacar tanto en el plano político como el personal, en especial reforzándose en los ideales. Razón por la cual, se derivan de estas dos hipótesis más:
H5: Los candidatos utilizan los objetivos generales con más frecuencia para hacer propuestas que para atacar.
H6: Los candidatos utilizan los ideales o principios más para hacer propuestas que para atacar.
Todas estas hipótesis se desarrollarán y contrastarán de acuerdo al análisis de textos que se hace de la transcripción íntegra del debate y se ilustrarán con textos alusivos a cada uno de los tipos de debate.
2. Método
El método es una réplica del estudio previo realizado por Herrero y Benoit (2008).
El estudio que se presenta analiza el contenido textual –no gestual– del debate televisivo por la presidencia del gobierno español entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy. Este debate tuvo lugar en el mes de noviembre de 2011, días antes de las elecciones que se celebraron el 20 de noviembre.
De este contenido textual se tiene la transcripción completa y para proceder a su análisis se usaron las pautas expresadas por la Teoría del Análisis Funcional que unifica los textos en temas, asumiendo que son temas las ideas, las propuestas o los argumentos. Así, los temas pueden exponerse en una frase o en un párrafo. De acuerdo a la función que adopte el tema puede ser una propuesta, un ataque o una defensa. Además, los temas se dividen de acuerdo al asunto tratado, es decir, sobre el candidato o sobre política y, por último, se identificó la forma del asunto referida a la política y el personaje.
Se reconocieron 210 temas que fueron analizados por 3 evaluadores. Para calcular la fiabilidad se usó el método de Cohen (1960) Kappa para el índice de concordancia interevaluadores, aplicado al 100% del contenido del debate, si bien Kaid y Wadsworth (1989) sostiene que entre el 5 y el 7% es suficiente. El índice Kappa fue de .81 para las funciones, .88 para los temas, .72 para las formas y .95 para las formas de los asuntos referidos al candidato. Los valores obtenidos garantizan la fiabilidad si tenemos en cuenta que Landis y Koch (1977) sostiene que un .81 o más entre los codificadores reflejan un acuerdo perfecto y para un índice de .72 como un acuerdo sustancial. Así la concordancia alcanzada entre los tres observadores es más que suficiente para la realización de este estudio.
3. Los debates
España tiene un sistema parlamentario, un gobierno que se elige sobre la base de mayorías en la cámara de diputados, lo que significa que no se vota directamente por un presidente, sino que se elige a los miembros del Congreso quienes son los que eligen con sus votos al que encarnará los destinos del gobierno. En consecuencia, es determinante que se obtenga mayoría parlamentaria para poder conformar gobierno.
En España existe el multipartidismo, aunque son dos los que destacan como favoritos en todos los procesos eleccionarios: el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), cada uno representado en esta contienda por Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba. En las elecciones del 20 de noviembre de 2011 por la cantidad de votos y la proporcionalidad de los mismos el congreso quedó conformado como se indica en la siguiente tabla.
Partido Popular (PP)
Partido Socialista Obrero Español (PSOE)
Convergéncia i Unió
Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE)
Coalición «La Izquierda Plural»
Partido Socialista Obrero Español (PSOE)
Coalición «Partido Popular en coalición con el Partido Aragonés» (PP-PAR)
Coalición AMAIUR
Coalición «Partido Popular- Extremadura Unida» (PP-EU)
Unión Progreso y Democracia (UPyD)
Eusko Alderdi Jeltzalea- Partido Nacionalista Vasco (EAJ-PNV)
Coalición «Esquerra Republicana de Catalunya» (ERC/ESQUERRA)
Bloque Nacionalista Galego (BNG)
Coalición «Coalición Canaria- Nueva Canarias» (CC-NC-PNC)
Coalición «Unión del Pueblo Navarro en coalición con el Partido Popular» (UPN-PP)
Coalición «Bloc- Iniciativa- Verds- Equo- Coalició Compromís» (Compromís-Q)
Foro de Ciudadanos (FORO)
Geroa Bai (GBAI)
Total
170
96
16
14
11
8
7
6
5
5
3
2
2
2
1
1
1
350
Este resultado, así como la preferencia de los ciudadanos a través de las encuestas de opinión, llevó a que se definieran los debates. El primero de ellos entre los dos candidatos principales para presidir al Congreso de los Diputados Mariano Rajoy del PP y Alfredo Pérez Rubalcaba del PSOE; y el segundo, un día más tarde el debate fue relativo a los propios partidos políticos. Este segundo debate que no hemos analizado en este trabajo estuvo conformado por el PSOE representado por el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui; el PP que envió al alcalde de Madrid y número cuatro al Congreso por esta circunscripción, Alberto Ruiz Gallardón; en nombre de CiU habló Pere Macias; y el cabeza de lista del PNV por Vizcaya, Josu Erkoreka, representó a los nacionalistas vascos. Y, como algunos partidos no fueron invitados al debate tuvieron una participación a través de sendos vídeos: Grupo Mixto ‐Unión, Progreso y Democracia, Bloque Nacionalista Galego y Coalición Canaria.
Los resultados
Como decíamos, la primera hipótesis de la Teoría Funcional sostiene que de todas las funciones que operan bajo esta teoría, las más usadas son las propuestas; en segundo lugar, los ataques y; en tercer lugar, las defensas. Para este trabajo con un N=210 el índice de bondad de ajuste proporciona un p valor < 0.001, lo que da una confiabilidad de los datos de un 99%.
En la Tabla 4 tenemos el resultado del análisis del discurso del debate de Rajoy y Rubalcaba.
Rubalcaba
Rajoy
Total
30 (42,25%)
41 (57,74%)
71 (100%)
48 (46,15%)
56 (53,85%)
104 (100%)
10 (28,57%)
25 (71,42%)
3 (100%)
En este caso en particular, en el que la economía española estaba en juego y, sobre la base del programa electoral se jugaba el destino de España, el manejo de las propuestas, al contrario de lo esperado por la Teoría Funcional, fue menor que los ataques y, las defensas a su vez las que menor cuantía contabilizaron.
Si lo oponemos desde el punto de vista de las hipótesis, la primera de ellas, es decir, H1: Los candidatos utilizan con más frecuencia las propuestas que los ataques; las defensas son usadas en menor medida, las propuestas no eran el tono que manejaron los candidatos Rajoy y Rubalcaba en este debate, razón por la cual esta hipótesis no se comprueba y se convierte a su vez en motivo de estudio posterior con otra hipótesis que sería: en situaciones de crisis económica, en las que el candidato del partido de gobierno no es el mismo que quien ejerce la presidencia, los ataques a los partidos dominantes abarcan la atención de los candidatos.
Para continuar con la hipótesis 1, relativa a las propuestas, es interesante observar que el candidato del partido de la oposición alcanzó (Mariano Rajoy) mayores propuestas que el candidato del partido del gobierno (Alfredo Pérez Rubalcaba), resultado que nos permite corroborar que, aunque no fueron las propuestas las más usadas en este debate, si fue el candidato del Partido Popular quien las usó más que el candidato del Partido Socialista Obrero Español. Aunque hay que destacar que la Teoría del Análisis Funcional dice que el candidato a la reelección lleva más propuestas que ataques.
Yo propongo un cambio que nos permita detener la caída, crear empleo y asegurar las pensiones, la sanidad y la educación. Para ello, será necesario activar la economía y recuperar la confianza. Tenemos que contar con el apoyo de los españoles y con él, lo conseguiremos. Mariano Rajoy.
En esta verbata, el candidato del Partido Popular hace una propuesta de asunto político futuro. Y en la siguiente que transcribimos de Alfredo Pérez Rubalcaba, tenemos otro ejemplo del mismo tenor.
Me quiero comprometer ante ustedes a tres cosas: primero, buscar un acuerdo para el empleo, que es una gran causa nacional. En segundo lugar, a reorientar nuestra economía, a buscar un equilibrio entre el control del gasto público y los incentivos para crear empleo y en tercer lugar, garantizar la seguridad de los españoles, las garantías básicas como la sanidad, las pensiones, la educación y las prestaciones para el desempleo. Alfredo Pérez Rubalcaba.
En el caso de la segunda de las hipótesis, H2: Los candidatos tratan más sobre aspectos de política que sobre cuestiones personales o de imagen, la hipótesis se comprueba.
Rubalcaba
Rajoy
Total
71 (42,01%)
98 (57,99%)
169 (100%)
17 (41,46%)
24 (58,54%)
41 (100%)
Esta hipótesis que da primacía a los temas políticos sobre los personales es muy interesante en el caso del discurso de Rajoy, toda vez que los temas sobre el candidato fueron relativos a la gestión del candidato Rubalcaba en el gobierno de Zapatero. Esta condición fue aprovechada, en menor cuantía evidentemente, por el candidato del PP para desmerecer la labor política del candidato Rubalcaba.
Tiene gracia que usted me hable de seguridad. ¿Cómo tiene usted la osadía de hablar de seguridad cuando ha sido miembro y muy destacado componente de un gobierno que ha dado lugar con su gestión económica a que más de tres millones de personas hayan perdido su puesto de trabajo? ¿Pero qué mayor flexibilidad que prorrogar los contratos temporales? ¡Qué osadía! Usted por lo menos debería tener un mínimo de coherencia o por lo menos hablar de las cosas que han hecho. Es que han hecho unas cosas y ahora viene a decir todo lo contrario. No tienen credibilidad. Mariano Rajoy.
Si nos enfocamos en los temas del debate, que es relativo a la tercera de las hipótesis, es decir, H3: El candidato del partido que está en el gobierno utiliza más propuestas y menos ataques que quien aspira a ocuparlo, la Tabla 3 nos revela que, aunque se demuestra la hipótesis, la situación o coyuntura española para noviembre de 2011 tenía en tensión a los candidatos y, en especial al del partido de la oposición, toda vez que la proporción de propuestas tanto en los “planes futuros” como en los “objetivos generales” fue mayor que la proporción de los ataques en los “hechos pasados” que es donde el candidato del partido de gobierno fue más comedido tal y como plantea la hipótesis número tres.
Rubalcaba
Rajoy
Total
1 (2,56%)
1 (2,56%)
2 (5,13%)
4 (10,26%)
33 (84,62%)
37 (94,87%)
Total %
39 (100%)
Rubalcaba
Rajoy
Total
18 (30%)
22 (36,67%)
40 (66,67%)
19 (31,67%)
1 (1,67%)
20 (33,33%)
Total %
60 (100%)
Rubalcaba
Rajoy
Total
9 (20%)
12 (26,76%)
21 (46,67%)
13 (28,89%)
11 (24,44%)
24 (53,33%)
Total %
45 (100%)
Creo que hay que tocar algunos impuestos, como el impuesto de sociedades, porque las empresas grandes desgravan mucho y las pequeñas no desgravan nada. Hay que tocar ese impuesto para llegar a las pymes y a los autónomos. Ese es el programa que yo presento. Alfredo Pérez Rubalcaba.
Si nos enfocamos en la cuarta de las hipótesis, que versa H4: Quien está en el gobierno usa más los logros pasados para hacer propuestas y menos para atacar que quien pretende ocuparlo por primera vez, podemos observar que la hipótesis se cumple, toda vez que la proporción de los ataques de los “hechos pasados” es de apenas de un 10,26% en el caso de Rubalcaba y de un 84,62% en el caso de Rajoy. Esta relación se produce porque al ser Rubalcaba el candidato del partido de gobierno le es muy poco útil en el debate que el atacar a su partido cuando él mismo formó parte del gobierno, así se explica que la proporcionalidad de las propuestas en los “planes futuros” donde se afinca su discurso.
En el caso de Rajoy, esta proporcionalidad es similar a la de Rubalcaba, pero con una diferencia, su base discursiva se funda tanto en los planes futuros como en los objetivos generales, y es en este sector que Rubalcaba ataca a Rajoy porque esgrime que no se sabe exactamente cuál es el plan del gobierno del Partido Popular.
Lo dejo en este debate porque habrá muchos debates y creo que usted no lo va hacer, va a bajar el desempleo, sacará a las pymes. Me gustaría saber qué va a hacer usted con el IVA. Tiene que esperar a que vote la gente. Alfredo Pérez Rubalcaba.
El debate se acordó entre los dos principales candidatos a la presidencia del gobierno con un formato para televisión organizado por la Academia de Ciencias y Artes de la Televisión de España.
Dicho formato de debate libre, en el que los candidatos pudieron expresar por turnos y sin cortapisas de tiempo, estuvo dirigido por Manuel Campo Vidal, quien es el presidente de dicha academia de televisión. De esa manera, Rajoy y Rubalcaba pudieron exponer con una mesa de por medio y teniendo a Campo Vidal como árbitro del adecuado manejo del discurso político, sus ideas, propuestas y argumentos.
Tal vez lo más interesante de los debates son las propuestas sobre la base temática. En el caso de este debate, las hipótesis H5: Los candidatos utilizan los objetivos generales con más frecuencia para hacer propuestas que para atacar e H6: Los candidatos utilizan los ideales o principios más para hacer propuestas que para atacar, nos permite revisar sobre la base de elementos tangibles como la tabla subsiguiente que, estas hipótesis se relativizan, pensamos, sobre la base de la coyuntura política de adelanto de las elecciones en España, la fuerte crisis económica que se vive. Si llevamos a una expresión propia de la muestra, las propuestas son 74/210, los ataques son 104/210 y las defensas son 35/210. Esto da como resultado que la hipótesis H5 no sea comprobada en este caso tal y como propusieron Herrero y Benoit (2008) y creemos que, al no cumplirse esta hipótesis, es porque las variables de estudio han cambiado frente a lo que plantea la Teoría de Análisis Fundamental. Primero, Alfredo Pérez Rubalcaba no es candidato a la reelección sino candidato del partido de gobierno, razón por la cual la propuesta de la Teoría del Análisis Funcional de que el candidato que va a la reelección y, las circunstancias de la coyuntura económica y social pensamos que altera al propósito original de la teoría. Sería interesante poder oponer esta teoría en circunstancias similares para revisar si al no ser candidatos a la reelección y tener coyunturas económicas complejas, y estar a la vez adelantados los procesos eleccionarios, se repite este tipo de comportamiento en cierta forma opuesto a la Hipótesis 5.
Es interesante contrastar estos resultados con la teoría del procesamiento de la información, toda vez que las urnas dieron pie a un cambio político que creemos se inclina por condiciones importantes del entorno y, la situación de Rubalcaba no era la que mejor se veía en el debate. Para ello sugerimos revisar el trabajo de García, M. et al (2005) o el de Aguilar P. y Sanchez-Cuenca, I. (2007) que revisa entornos políticos complejos.
Economía y Empleo
Políticas Sociales
Democracia y Política Exterior
Rajoy: 12 / Rubalcaba: 14
Rajoy: 11 / Rubalcaba: 5
Rajoy: 11 / Rubalcaba: 9
Rajoy: 1 / Rubalcaba: 0
Rajoy: 2 / Rubalcaba: 0
Rajoy: 4 / Rubalcaba: 2
Rajoy: 29 / Rubalcaba: 18
Rajoy: 14 / Rubalcaba: 15
Rajoy: 2 / Rubalcaba: 3
Economía y Empleo
Políticas Sociales
Democracia y Política Exterior
Rajoy: 7 / Rubalcaba: 4
Rajoy: 2 / Rubalcaba: 7
Rajoy: 2 / Rubalcaba: 1
Rajoy: 10 / Rubalcaba: 5
Rajoy: 8 / Rubalcaba: 2
Rajoy: 1 / Rubalcaba: 0
Rajoy: 2 / Rubalcaba: 2
Rajoy: 3 / Rubalcaba: 0
Rajoy: 1 / Rubalcaba: 1
4. Conclusiones
Los resultados obtenidos permiten corroborar algunas de las hipótesis que planeta la Teoría del Análisis Funcional y a la vez, vemos que el comportamiento del discurso en este debate entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy es similar al esperado en este tipo de comunicación política.
Mas, y es muy interesante haber aplicado este tipo de análisis al caso que hemos estudiado, porque dos de las hipótesis quedan sin demostrar, es decir, es la hipótesis alternativa la que prevalece. Si bien no invalida a la Teoría de Análisis Funcional, si plantea la necesaria revisión de conceptos relativos a aquellos casos en los que no esté en juego la reelección de un candidato sino la escogencia del partido de gobierno.
Habría también que evaluar condiciones similares entre debates en los que las crisis económicas sean el espectro de ronde por las cabezas de los debatientes y los electores. Un apunte que es importante, es el hecho de que en todos los países en los que se ha propuesto la reelección de un presidente, este ha perdido en las urnas.
Así, el discurso que refleja propuestas de carácter informativo son el más usado, seguido de los ataques y por último las defensas. Las acusaciones por parte del candidato del Partido Popular sobre el manejo de la política económica y en consecuencia de la crisis, fue la semilla que fue germinando a todo lo largo del debate. Las acusaciones y defensas se centraron en ese tema, toda vez que el candidato del partido de gobierno fue también artífice de la política económica y fuerte contrincante en el Congreso de los Diputados del candidato Mariano Rajoy.
Por su parte, Rajoy pudo exponer sus puntos de vista ya no como diputado, sino como candidato a la presidencia del gobierno, lo que generó en Rubalcaba preguntas sobre las formas y el fondo de la gestión futura.
Cuando en un debate se usan las defensas, el público suele pensar que quien usa este tipo de discurso es más reactivo que proactivo. Esto hace pensar que las defensas sean proporcionalmente menores que los ataques y eso hace, o al menos es la visión que se propone desde los debates, que los candidatos adopten más los ataques que las defensas como modo discursivo.
Como apuntábamos desde el célebre debate Nixon – Kennedy en 1960, quienes aspiran a la presidencia de los gobiernos utilizan más el discurso para discutir sobre temas políticos más que sobre asuntos personales o de imagen de ellos mismos o del contrincante. Esta hipótesis que se confirma en el caso del debate que hemos analizado sigue la línea de las investigaciones hechas en Estados Unidos o por seguidores de la teoría propuesta por Benoit. La razón de que esta actitud del diálogo sea así, es que los votantes buscan en este tipo de programas de televisión las propuestas de gobierno, es decir, adoptar posiciones sobre la base del raciocinio que le brinda saber quién podría conducir los destinos de su país. Bajo la coyuntura española que analizamos con más de cinco millones de personas en situación de desempleo, las condiciones del debate no fueron precisamente para plantear situaciones de carácter personal, sino de política macroeconómica con el rebote inmediato a las condiciones microeconómicas.
El debate analizado tiene una característica que está fuera de la Teoría del Análisis Funcional y es que no hay un candidato a la reelección, sino un partido político que se reelige. No se trata de un debate de dos “yos” (Rubalcaba – Rajoy) sino un debate de dos “ustedes” (PSOE – PP).
Las categorías utilizadas estuvieron bastante equilibradas entre “economía y empleo”, “políticas sociales” y “democracia y política exterior” por el candidato del partido opositor, Mariano Rajoy. La base de su argumentación se debió fundamentalmente a que este candidato veía que las tres temáticas estaban perfectamente hilvanadas unas con otras, es decir, el respaldo de Europa a España para la inversión y el desarrollo, la relación de esta inyección a la economía para la generación de empleo y, por supuesto cómo ese bienestar se revierte a la institucionalidad, ergo, a la democracia.
En las mismas categorías, Alfredo Pérez Rubalcaba tuvo el énfasis en “economía y empleo”, luego en “democracia y política exterior” y en menor proporción en “políticas sociales”, toda vez que al ser parte del partido de gobierno, las demostraciones en políticas sociales no eran los mejores argumentos que esgrimir en el debate.
Profundizar en este tipo de estudios para conocer los efectos de los debates, la naturaleza de los elementos discursivos que ocurren en ellos y, sobre la base de la investigación empírica de los discursos y otros mensajes de comunicación política permitiría crear matrices de análisis o de creación de discursos políticos de efectividad similar a las esperadas por los candidatos y sus partidos.
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